23 de enero de 2012

Arcoiris

Estaba sola. Era una tarde de domingo fría, la oscuridad ya le había ganado un pulso a la luz y una pequeña lámpara iluminaba su diario que, empapado de gruesas lágrimas, era su consolación. Escribía deprisa, enfurecida, como si cada palabra fueran golpes contra quienes la habían dañado a lo largo de su vida.
"Prometo no volver a confiar en la persona equivocada, que la elegiré bien como amistad y no daré ninguna oportunidad para que me traicione; estoy segura de que será buena. Prometo no volver a enamorarme de alguien que nunca podría amarme. Prometo no volver a decir "te quiero" si no voy a recibir, al menos, un "y yo" a cambio. Prometo no volver a decir "te amo" si sólo obtendré una sonrisa falsa como respuesta. Prometo no volver a esperar nada a cambio de nadie que nunca me haya demostrado algo primero. Prometo que no voy a cumplir nada de lo que he escrito, porque soy una tonta que cree que todas las personas son buenas. Prometo que cuando me vuelvan a hacer daño volveré a llorar, pero para sonreír justo después."
Cerró el diario y se metió en la cama.
"Mañana será otro día. Saldrá el sol."

9 de enero de 2012

Thank you for loving me


Gracias. Gracias por quererme tal y como soy, por aguantar mis tonterías y mis recaídas. Por quererme tonta o lista, desviada o encarrilada. Por abrazarme cuando lo necesito, por besarme cuando te necesito. Por no haberte olvidado nunca de mí; por llevarme contigo, aunque fuese en la mente, a cada momento. Por ser una parte de mí, por ser yo una parte de ti; por haber juntado tu alma con la mía sin que ninguno de los dos lo hubiera buscado expresamente... al principio. Gracias por ser tú, por existir, por haber aparecido en mi vida.


"When I look into your eyes, the sky's a different blue"

Gracias por ser mi cielo personal.


Te quiero

7 de enero de 2012

Emerger tras sumergirse

La habitación estaba en penumbra y un fuerte olor a alcohol y tabaco había taponado sus fosas nasales. La única luz era la que entraba por los resquicios de una persiana vieja en la ventana del dormitorio, proveniente de un sol que intentaba atravesar las paredes. Tirado en la cama de cualquier manera, mirando al mismo techo aburrido durante días, se llevó el último cigarro de la última de las muchas cajetillas de Marlboro a los labios. Escuchó cómo ardía el papel del cigarro y percibió a través de sus párpados semicerrados el halo de luz que provocaba lo mismo que lo mataba por dentro.
Había conseguido mantenerse ebrio durante numerosas ocasiones en esos días, sin abandonar la cama salvo para ir al aseo o para engullir comida enlatada. No había otra razón para ello que la incertidumbre, la desconfianza, el desconocimiento. No tenía la menor idea de lo que hacer. Tenía el corazón roto, o se lo habían roto. No sabía cómo vivir con eso.
Cuando el cigarro se hubo consumido y la ceniza se había desprendido por su propio peso sobre su pecho, el muchacho de ojos tristes abandonó su lecho de un salto y, apartando a patadas las botellas vacías del suelo, se dispuso hacia la ducha.
Los días de luto de su corazón habían acabado. Las heridas sanan. Las heridas, cicatrizan.

6 de enero de 2012

Despertar



Abrió los ojos y utilizó unos segundos para hacer memoria. Después, sonrió. Una curiosa sensación recorría su estómago, sus entrañas. Era como si cientos de mariposas estuvieran revoloteando por su interior, haciéndole cosquillas.

Se apoyó sobre un costado, girándose en la cama, y se subió las sábanas hasta la nariz, revolviéndose satisfecha. Estaba inquieta. Volvió a cerrar los ojos y recordó el color de su mirada, el tacto de su piel, el sabor de sus labios. Esta vez la sonrisa fue aún más amplia. Oyó una respiración acompasada tras su espalda y se giró en esa dirección. Se apoyó sobre un codo y observó a una de las personas más importantes de su vida. Tan dulce, tan bello. Le besó suavemente en los labios y se acurrucó junto a él, abrazándolo.

Así, así de simple y sencillo. Así de bien. Así de feliz me haces.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...