11 de octubre de 2012

Te echaba de menos

+¿Sabes? Es curioso...
-¿El qué?
+Cómo el destino nos ha vuelto a unir... después de tanto tiempo. Después de todo lo que pasó, lo que nos dijimos, lo que hemos luchado por separarnos.
-No fue el destino, fuimos nosotros. Queríamos encontrarnos de nuevo.
+No sé...
-Sí lo sabes, pero aunque puede que ni hoy ni mañana lo reconozcas, yo sí que lo haré. Quería encontrarte, volver a verte. Quería oírte... -Justo en ese instante, se le quebró la voz- Necesitaba sentir tu piel.
Observó la mano de ella, los dedos finos cuidadosamente posados sobre la mesa de madera. Sin apenas pensarlo, movió unos centímetros su mano para acomodarla sobre la de ella, pero la muchacha la apartó como gesto reflejo. Y él supo que, si en esos momentos ella no volvía a colocar la mano donde estaba, significaría que ya no lo amaba. Estuvo a punto de dejar que la tristeza volviera a inundar su corazón cuando observó cómo, lenta y despreocupadamente, ella volvía a posarla donde estaba. Le estaba dando otra posibilidad, el rechazo anterior solo había sido la minúscula protección de un escudo de cristal. Y el cristal se había roto con únicamente pensar en volver a tocarlo.
Acercó la mano de nuevo hasta la suya, pero esta vez no la apartó. Tenía la piel tan suave como siempre. La agarró fuerte y se la llevó al rostro, colocándola sobre su mejilla. Notó su calor, besó sus dedos y sintió ganas de llorar.
-Te echaba de menos -le susurró en cuanto recuperó la voz.
+Yo también.

25 de mayo de 2012

Presentación de "Pétalos de Sangre"

Y, después de su reciente publicación, mi libro "Pétalos de sangre" se presenta en Yecla (Murcia).
El acto se hará el jueves 14 de junio a las 20:00 horas en la Casa Municipal de Cultura.
Intervienen:
  • D.ª Mercedes Molina Mir. Profesora de Lengua y Literatura Castellana IES José Martínez Ruiz "Azorín"
  • D. Francisco Martí Hernández. Profesor de Lengua y Literatura Castellana IES José Martínez Ruiz "Azorín"
  • D. Jesús Verdú García. Concejal de Cultura de Yecla
  • D. Liborio Ruiz Molina. Director de la Casa Municipal de Cultura de Yecla.
  • D.ª Lucía Sánchez Hernández. Autora de la obra
La página de la editorial:


Os espero :)

2 de mayo de 2012

"Pétalos de sangre" publicado

Quería anunciaros que, tras una larga espera, al fin, mi libro está publicado. Gracias a la editorial ECU (Editorial Club Universitario) en este momento se puede encontrar, o pedir, en cualquier librería de toda España.
En la contraportada decidí enmarcar un fragmento del libro antes que un resumen, más que nada porque personalmente prefiero averiguar el tema o el argumento conforme voy leyendo cualquier relato sin tener ninguna idea previa. Aunque eso nos sirva para saber de antemano si nos puede llegar a gustar o no.
Disfruté mucho escribiéndolo porque era como si cada palabra, cada frase, reflejara algo que podía estar sucediendo en esos momentos. Sucedió, por supuesto, pero en mi cabeza.
Y, para quienes decidan comprarlo: espero que vosotros también lo disfrutéis.

Para una idea general del libro: Aunque comprimido en 133 páginas, contiene acción y amor. Está protagonizado por seres mitológicos y reales. Está dedicado a un público joven.

21 de abril de 2012

Sentirse solo no es lo mismo que estarlo

Caminaba con las manos metidas en los bolsillos. Oía el sonido del mar y la brisa le acariciaba el rostro. La arena se le metía en las zapatillas. Tenía la cabeza gacha y agradecía encontrarse solo entre la oscuridad, nadie podría vislumbrar sus lágrimas. De todos modos, tampoco había nadie allí. Y tampoco le importaba.
Sentía un vacío en su interior, un dolor intenso que le agujereaba el corazón. Se sentía solo. Siguió caminando, lentamente, por la orilla del mar durante horas. Después, atravesó la ciudad, que tan extraña y monótona le parecía, y llegó hasta su casa. Con los ojos aún anegados en lágrimas, le costó encontrar la cerradura.
Antes de que pudiera cerrar la puerta desde dentro, su enorme perro se le abalanzó encima. Casi tan alto como él, lo llenó de lametones. Se apoyó contra la puerta, sentado en el suelo, y abrazó al animal. Este lo cubrió con sus grandes patas y, moviendo el rabo, siguió empapándolo de baba.
En ese instante se dio cuenta de que al menos alguien sí lo quería. Y sonrió. Y lo abrazó más fuerte.

24 de marzo de 2012

Triste despedida

-Imagina que nunca me he ido.
Sus manos, entrelazadas, se apretaban por momentos.
-¿Cómo podría hacer eso cuando quiera verte y no pueda?
-Porque, al fin y al cabo, la parte más importante de mí te la quedas tú... No te hará falta buscarme, hace tiempo que te regalé mi ser, mi alma y mi todo. Me encontrarás siempre que lo necesites.
El lento baile, acompasado por una música suave, fue terminando. Le soltó la mano y rodeó su cuello en un fuerte abrazo. Las lágrimas se desbordaban de sus ojos, empapando su hombro.
-Pero eso no es suficiente. Yo no necesito tu todo, yo te necesito a ti.
-Pues espérame. Volveré.
Rodeó con sus manos el rostro de ella y, tiernamente, besó sus labios.
-¿Me lo prometes?
Su amor asintió, sonriendo con ojos encharcados.
Y la música cesó, de la misma forma que acaban los buenos momentos y se van para no volver, señalando que había llegado la hora del adiós. Tras más abrazos y besos, ella lo vio marchar, destrozada por la separación, esperanzada por volverlo a ver. Aun así, sabía que lo haría. Sabía que lo volvería a tener entre sus brazos. Se dio la vuelta y, sin mirar atrás, comenzó a andar con el paso firme de quien sabe que el amor ni traiciona ni abandona. El amor seguiría estando vivo en los dos, jamás se alejaría de ellos.

8 de febrero de 2012

Nuestro continuo gran combate

A veces la vida parece muy jodida.

A veces, quisiera arremeter contra todo mi alrededor hasta acabar agotada; otras veces, quisiera dar saltos de alegría y chillar como si estuviera loca. Pero loca de verdad.
En ocasiones, estoy tan aburrida de la vida que pienso que no merecería la pena ni dar portazos para descargar un poco de toda la furia acumulada; en otras ocasiones, reboso tanta energía que tengo la sensación de que estoy próxima a explotar.
A veces la vida me parece tan simple que no merecería la pena ni vivirla.
A veces... me parece tan interesante y compleja que sé que me faltará tiempo para disfrutarla como me gustaría.

Y, siempre, sé que no me voy a rendir. Dicen que vivir es una lucha desde el día en que naces hasta el día en que mueres. Yo ganaré el combate.

Tú, también.

23 de enero de 2012

Arcoiris

Estaba sola. Era una tarde de domingo fría, la oscuridad ya le había ganado un pulso a la luz y una pequeña lámpara iluminaba su diario que, empapado de gruesas lágrimas, era su consolación. Escribía deprisa, enfurecida, como si cada palabra fueran golpes contra quienes la habían dañado a lo largo de su vida.
"Prometo no volver a confiar en la persona equivocada, que la elegiré bien como amistad y no daré ninguna oportunidad para que me traicione; estoy segura de que será buena. Prometo no volver a enamorarme de alguien que nunca podría amarme. Prometo no volver a decir "te quiero" si no voy a recibir, al menos, un "y yo" a cambio. Prometo no volver a decir "te amo" si sólo obtendré una sonrisa falsa como respuesta. Prometo no volver a esperar nada a cambio de nadie que nunca me haya demostrado algo primero. Prometo que no voy a cumplir nada de lo que he escrito, porque soy una tonta que cree que todas las personas son buenas. Prometo que cuando me vuelvan a hacer daño volveré a llorar, pero para sonreír justo después."
Cerró el diario y se metió en la cama.
"Mañana será otro día. Saldrá el sol."

9 de enero de 2012

Thank you for loving me


Gracias. Gracias por quererme tal y como soy, por aguantar mis tonterías y mis recaídas. Por quererme tonta o lista, desviada o encarrilada. Por abrazarme cuando lo necesito, por besarme cuando te necesito. Por no haberte olvidado nunca de mí; por llevarme contigo, aunque fuese en la mente, a cada momento. Por ser una parte de mí, por ser yo una parte de ti; por haber juntado tu alma con la mía sin que ninguno de los dos lo hubiera buscado expresamente... al principio. Gracias por ser tú, por existir, por haber aparecido en mi vida.


"When I look into your eyes, the sky's a different blue"

Gracias por ser mi cielo personal.


Te quiero

7 de enero de 2012

Emerger tras sumergirse

La habitación estaba en penumbra y un fuerte olor a alcohol y tabaco había taponado sus fosas nasales. La única luz era la que entraba por los resquicios de una persiana vieja en la ventana del dormitorio, proveniente de un sol que intentaba atravesar las paredes. Tirado en la cama de cualquier manera, mirando al mismo techo aburrido durante días, se llevó el último cigarro de la última de las muchas cajetillas de Marlboro a los labios. Escuchó cómo ardía el papel del cigarro y percibió a través de sus párpados semicerrados el halo de luz que provocaba lo mismo que lo mataba por dentro.
Había conseguido mantenerse ebrio durante numerosas ocasiones en esos días, sin abandonar la cama salvo para ir al aseo o para engullir comida enlatada. No había otra razón para ello que la incertidumbre, la desconfianza, el desconocimiento. No tenía la menor idea de lo que hacer. Tenía el corazón roto, o se lo habían roto. No sabía cómo vivir con eso.
Cuando el cigarro se hubo consumido y la ceniza se había desprendido por su propio peso sobre su pecho, el muchacho de ojos tristes abandonó su lecho de un salto y, apartando a patadas las botellas vacías del suelo, se dispuso hacia la ducha.
Los días de luto de su corazón habían acabado. Las heridas sanan. Las heridas, cicatrizan.

6 de enero de 2012

Despertar



Abrió los ojos y utilizó unos segundos para hacer memoria. Después, sonrió. Una curiosa sensación recorría su estómago, sus entrañas. Era como si cientos de mariposas estuvieran revoloteando por su interior, haciéndole cosquillas.

Se apoyó sobre un costado, girándose en la cama, y se subió las sábanas hasta la nariz, revolviéndose satisfecha. Estaba inquieta. Volvió a cerrar los ojos y recordó el color de su mirada, el tacto de su piel, el sabor de sus labios. Esta vez la sonrisa fue aún más amplia. Oyó una respiración acompasada tras su espalda y se giró en esa dirección. Se apoyó sobre un codo y observó a una de las personas más importantes de su vida. Tan dulce, tan bello. Le besó suavemente en los labios y se acurrucó junto a él, abrazándolo.

Así, así de simple y sencillo. Así de bien. Así de feliz me haces.
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